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Por: Henry Izurieta
Fotografía: Archivo
El nuevo perfil del bachiller ecuatoriano
Un nuevo e inconsulto currículum educativo
El gobierno ecuatoriano ha puesto en vigencia desde el año lectivo 2016-2017, en la sierra, supuestas reformas al currículum cuyo perfil de bachiller deja en claro que en realidad se trata de un nuevo currículum para la educación de niños y jóvenes.
El acuerdo ministerial 2016-20A pone en vigencia los denominados cambios o ajustes al currículum vigente desde el 2011 para la educación ecuatoriana desde la educación inicial hasta el bachillerato.
El mencionado acuerdo deroga el 242-11 que define, entre otros aspectos, el perfil del bachiller.
En realidad lo que se plantea por parte de las autoridades educativas como meros y simples ajustes o cambios son grandes e importantes transformaciones que vale la pena analizar. Son expuestos como pequeños porque el gobierno no está dispuesto a aceptar el fracaso de la reforma inconsulta que han implementando a lo largo de casi diez años.
El primer cambio perceptible es el perfil del bachiller. Mientras en el 2011 se planteaban el dominio de una serie de destrezas, ahora, en el 2016, se lo expone en base al ejercicio valores.
En el 2011 las destrezas eran: pensar, comunicarse, razonar, uso de las TICs, comprender, emprender, aprender, valorar, actuar; mientras en el 2016 son tres los valores que el bachiller estaría en capacidad de ejercer luego de culminada su formación: justicia, innovación y solidaridad. Cada uno de esos valores se descompone en una serie de capacidades y responsabilidades mientras antes fueron destrezas. Esto implica visiones diferentes del hecho educativo.
Aparte de las concepciones incluso opuestas en la elaboración del perfil que ya se anotan, en el nuevo perfil el bachiller se lo concibe involucrado en acciones que en el anterior perfil no se incluyen como en la “construcción de una sociedad democrática, equitativa e inclusiva” (J1) para más adelante añadir que “Construimos nuestra identidad nacional en busca de un mundo pacífico ” (S2), también se lo concibe con “capacidad de interactuar con grupos heterogéneos” (S1), actuando “con ética, generosidad, integridad, coherencia y honestidad en todos nuestros actos.” (J2), teniendo en cuenta “nuestras fortalezas y debilidades para ser mejores seres humanos” (J4). Un tema interesante que también se incluye es el concepto de riesgo cuando se plantea que el bachiller será consciente de los riesgos que implica la innovación.
Estos aspectos facilmente se puede concluir que son correctos, pero no es el autor de este artículo ni el más connotado de los expertos quien debe decidir. El currículum, del cual es parte el perfil del bachiller, es un esfuerzo social por llegar al acuerdo de hacia dónde se debe dirigirse el esfuerzo educativo en el país, situación que no se dió en la elaboración de este nuevo perfil (ni tampoco en el anterior). Las autoridades dicen haber consultado a más de dos mil docentes, a consultores, contratado a expertos extranjeros, pero lo cierto es que el conjunto de los docentes no fue tomado en cuenta y mucho menos el conjunto de la sociedad, entonces, actuando así ¿Cómo se puede llegar a un consenso social?. ¿Cuándo consultaron a los padres de familia el tipo de bachiller que sería su hijo o hija al finalizar sus estudios secundarios?
El nuevo perfil, en cambio, adolece de algunos conceptos que sí fueron planteados en el anterior como son las referencias explícitas a conocimientos y destrezas adquiridas en algunas ciencias o actividades como las matemáticas, lengua, literatura, el arte, las TICs o metodologías como el método científico o actitudes positivas como el cuidado en la nutrición, la sexualidad, control de las emociones.
Pero es en un tema tan sensible como la interculturalidad que el nuevo perfil del bachiller profundiza sus errores y deja ver sus falencias. Con todo el desacuerdo social que tuvo el anterior perfil recogía la idea de interculturalidad cuando hablaba de la actuación como ciudadano responsable, en cambio el perfil 2016 habla de que los bachilleres “valoramos nuestra multiculturalidad y multietnicidad, respetando las identidades de otras personas y pueblos.” (S2).
Multietnicidad ni siquiera existe en el diccionario, aunque sí multiétnico que se define como reunión de varias étnias, Multiculturalidad se refiere tambien a una cualidad de multicultural que es la convivencia de diversas culturas. Pero estas definiciones no se acercan a la de interculturalidad que es la relación entre culturas.
En efecto, convivencia en el territorio ecuatoriano no es lo mismo que relación en el mismo territorio. La convivencia es, en los hechos, lo que primordialmente se ha dado en el Ecuador, aceptar la existencia del uno y del otro en sus espacios, nunca relacionándose o haciéndolo para que una cultura se sobreponga a la otra. La lucha de los pueblos indígenas, refrendada en la Constitución del 2008 y aceptada por la inmensa mayoría de ecuatorianos es la búsqueda de una relación entre culturas que respete, valore las culturas indígenas, que sean tratadas en condiciones de igualdad frente a la cultura predominante y ésta acepte los aportes de aquellas y que la educación sea el espacio en el que indígenas, negros, montubios, citadinos convivan promoviendo la cultura de unos y otros.
Otra gan falencia que el nuevo perfil no incluye -y tampoco el anterior- es el concerniente al género. La sociedad ecuatoriana, y no hay porque ocultarlo también las culturas ancestrales, practican en la cotidianidad formas de discrimen hacia la mujer que la educación, ni la presión social no han logrado eliminar. Los textos sin referencias sexistas, explícitas referencias a hombres y mujeres para no invisibilizar a género femenino, han sido un paso pero totalmente insuficiente para enfrentar lo que realmente deja una marca en la consciencia de hombres y mujeres que es la práctica machista.
Es importante que el bachiller ecuatoriano tenga curiosidad intelectual, creatividad pero debería servirse de la ciencia y tecnología en ese camino, términos que no aparecen en la exposición del perfil que analizamos y que a la luz de los avances científicos se vuelve imprescindible.
Lo anterior deja clara evidencia que entre los perfiles analizados (2011 y 2016) existen grandes diferencias lo que debió conllevar a la elaboración de un nuevo currículum en donde los conocimientos necesarios para alcanzarlo y la práctica de valores sobre los que explícitamente descansa se conviertan en realidad. Esto no se ha dado, probablemente porque hacerlo hubiera dejando en innegable evidencia lo que el gobierno actual pretende ocultar: el fracaso del modelo educativo implementado. Además que al ser este proceso una búsqueda de un consenso social que nunca se dió, se torna en una muestra más del autoritarismo con el que el Presidente Correa ha manejado la educación.
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