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Por: Carlos Torres*

Fotografía: Archivo

Transgénicos: peligro a la soberanía alimentaria del Ecuador

 

En meses anteriores la Asamblea Nacional aprobó el libre ingreso de semillas transgénicas al Ecuador con un supuesto fin investigativo, con 73 votos de mayoría de Alianza PAIS (AP), acción que de ninguna manera puede ser aprobada como un avance significativo hacia la sostenibilidad del agro, y la seguridad alimentaria de todos los ecuatorianos, es por eso que el tema ha generado una amplia expectativa en el debate nacional evidente en intervenciones de varios actores en medios de comunicación, debates académicos y científicos en universidades o en colectivos ecológicos del país, lo que motivo que el 14 de agosto del presente año un grupo de pequeños y medianos productores marcharan hacia el Palacio de Carondelet en protesta contra el ingreso de semillas transgénicas al país.

 

Sin embargo en una gran parte de la población no solo del país, sino del resto mundo crecen cada día varias interrogantes sobre esta temática: ¿Cómo se crean los transgénicos?, ¿Qué tipos de transgénicos se cultivan?, ¿Qué empresas multinacionales han generado grandes riquezas económicas con la producción de transgénicos? ¿Qué efectos negativos pueden causar los transgénicos al Medio Ambiente así como al ser humano? ¿Qué beneficios reales aportaría el ingreso de transgénicos al Ecuador?

 

 

 

En México por ejemplo un 96.5% de los consumidores ignora qué son los transgénicos o no saben si los están consumiendo y en qué alimentos se encuentran, en tanto que un 98% opinan que las empresas deben informar en sus etiquetas si sus productos contienen transgénicos. La interrogante que nos planteamos es si este porcentaje en el Ecuador es igual o mayor.

 

Ahora bien, un organismo transgénico se define como <el organismo vivo, obtenido de una forma artificial, manipulando su información genética>. La técnica consiste en obtener fragmentos de ADN de un ser vivo: virus, bacterias, planta, animal e incluso el ser humano con el objetivo de introducirlo en el material hereditario de otro organismo: Este es uno los aspectos peligrosos debido al problema de control sobre la información genética del organismo modificado. Hoy en día en el caso de las plantas se pueden encontrar transgénicos en maíz, soja, algodón, colza entre otros cultivos de importancia económica, existen además dos tipos de modificaciones en estas plantas que son: plantas transgénicas con propiedades insecticidas y con tolerancia a herbicidas; parecería algo interesante las novedades que brindarían estas plantas, sin embargo, uno de los problemas más graves para sector agrícola sería la pérdida de variabilidad genética, es decir, se sustituirían los cultivos ancestrales, así como los cultivos comerciales obtenidos en el INIAP u otras instituciones sin fines de lucro, por híbridos transgénicos comercializados por grandes transnacionales como: Monsanto, Syngenta, Dupont, Bayer Crop Science y Dow, lo que implicaría una dependencia total sobre la producción agrícola, además se fomentaría el monocultivo que conllevaría a problemas de erosión del suelo y agravaría el problemas socioeconómicos de los sectores más vulnerables.

 

Por lo que es necesario entender que la producción agrícola se inicia con la semilla y el control de estas debe estar en manos de los pequeños y medianos agricultores, para poder garantizar la soberanía alimentaria a nivel local, regional y nacional. Si el monopolio de ventas de semillas ingresan al país será imposible garantizar la soberanía alimentaria, por lo tanto es fundamental que los campesinos, indígenas, montubios y pueblos afro descendientes, mantengan el control sobre los recursos fitogenéticos.

 

Realizando un análisis retrospectivo de lo que en términos legales se  regenta en la leyes ecuatorianas, el artículo 281 numeral 3 de la Constitución de la República del 2008 señala que la soberanía alimentaria constituye un objetivo estratégico y una obligación del Estado para garantizar que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades alcancen la autosuficiencia de alimentos sanos y culturalmente apropiados de forma permanente, además en los incisos 3 se plantea fortalecer la diversificación y la introducción de tecnologías ecológicas y orgánicas en la producción agropecuaria; inciso 6: promover la preservación y recuperación de la agro biodiversidad y de los saberes ancestrales vinculados a ella; así como el uso, la conservación e intercambio libre de semillas; inciso 9: Regular bajo normas de bioseguridad el uso y desarrollo de biotecnología, así como su experimentación, uso y comercialización. Lo que sugiere un doble discurso por parte de los anteriores y actuales asambleístas de AP que ejerciendo su mayoría aprobaron estas normativas legales y actualmente aprueban leyes que vulneran la Carta Magna aprobada por y para todos los ecuatorianos.

 

La <Vía Campesina>  afirma que “Las semillas son obra campesina e indígena, una creación colectiva que refleja la historia de los pueblos, en especial de sus mujeres, quienes fueron sus creadoras iniciales y se han mantenido a través de la historia como sus principales guardianas y mejoradoras”.

 

Es así como los países líderes en biodiversidad, como lo es nuestra nación, deben entender la vital importancia que poseen las semillas para las culturas y nacionalidades, como historia pasada, milenaria, que ha generado un presente que debe cuidarse para proyectar un futuro próspero para las nuevas generaciones.

 

*Docente de Genética de la Universidad Técnica de Cotopaxi

 

 

 

 

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