Los “rescates” que asfixian a Grecia

 

Si cada ciudadano o ciudadana griegos en edad productiva (15-64 años) asumiría individualmente la fracción correspondiente de la deuda externa de su país, debería 41.048 euros. Y, si pagaría directamente esa deuda, con el rebajadosalario básico de 684 euros mensuales, tendrían que abonar su sueldo íntegro durante 5 años para deshacerse de la misma, o, en una hipótesis más sensata, durante 10 años abonar la mitad de su salario (que es lo que más o menos ocurre en la actualidad), siempre que no se agregue el cobro de intereses a los montos actuales de la deuda, lo cual, desde luego, es poco probable.

 

Este escenario figurado se traslada a la realidad cotidiana de la vida del pueblo griego, soportando el impacto de una crisis que no se aplaca y que continúa siendo cruelmente descargada sobre sus espaldas.

 

Es que tan solo el conocer las acciones que se imponen a este país, se escapan las certezas y aparecen las dudas, cuando se repiten uno tras otro, los llamados “rescates”.

 

Nuestra elemental comprensión del término “rescate” nos da la idea de un acto efectivo de salvación (un salvavidas recata a quien se está ahogando y evita que se muera, le devuelve la vida; un bombero rescata a quien está atrapado por el fuego y así evita su muerte), luego siguen la convalecencia, el tratamiento y la mejoría. ¿Por qué en el caso de Grecia no ha ocurrido lo mismo?

 

El pasado mes de julio, el gobierno Griego de Syriza (partido de izquierda reformista) avalizó el tercer “rescate” para la economía griega. Los dos anteriores se realizaron en mayo de 2010 y febrero de 2012.Aquí hay una paradoja, ¿Cómo es que el “rescate” se repite por tres ocasiones? ¿Cuál es la naturaleza de esos rescates que no logran su cometido? O son rescates fraudulentos, o los rescatados en realidad son otros.

 

Lo cierto es que, el curso de los acontecimientos económicos, políticos y sociales de Grecia, no muestran un país convaleciendo y en mejoría, se asemeja más bien a un barco que se hunde poco a poco.

 

En realidad si observamos la evolución de la deuda en relación con el PIB (ver Gráfico Nº 1), se constata que luego del primer salvataje la deuda se dispara en esta relación, supera la barrera del 150% y llega a bordear el 180%, nivel en el que se mantiene cinco años después.

 

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¿Qué ha pasado en el transcurso de la ejecución de dichos rescates?

 

Según datos difundidos por diferentes medios electrónicos, de los 240.000 millones de euros que suman los dos primeros rescates (110 y 130 mil millones de euros en el primero y segundo), apenas un 11% habría ingresado a las arcas del Estado griego, esto es 27.000 millones de euros. Los restantes pasaron al servicio de la deuda y a la capitalización de la banca privada griega.

 

Un aspecto que destaca en todo este laberinto del manejo de la crisis griega es el desenvolvimiento de las instituciones de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), conocidas como la TROICA, en el salvataje de la banca privada europea, tenedora de los bonos de deuda griegos.

 

El segundo “rescate” (febrero de 2012, con el monto más alto de nuevos créditos: 130.000 millones de euros), tuvo la particularidad de que estuvo destinado, casi en su totalidad, a la reestructuración de la deuda con los bancos privados.

 

En el contexto de la aguda crisis, los tenedores de los desvalorizados bonos de deuda griegos (que generalmente los adquirieron en el mercado especulativo), acudieron al padrinazgo de la troica, para asegurar la recuperación de sus cuantiosasinversiones, so pena de sucumbir y desencadenar un nuevo descalabro financiero.

 

Según un extenso informe del Peterson Institutefor International Economics: “los bancos y otrosinversores manteníancasi206 mil millones de euros(€)debonos griegos. Perodespués del intercambiode marzo/abril–en el proceso del segundo rescate– yla recompraposterioresta cifrase había reducido únicamente a€ 35 mil millones(€ 29,5 mil millonesen forma denuevos bonosy 5,5mil millones de€de antiguosGGBS–bonos del gobierno griego–en poder detenedores de holdouts –fondos buitre–)”1

 

Este estudio pone al descubierto tres derivaciones de este segundo rescate: 1) la deuda griega en poder de bancos e inversionistas privados (que estaba altamente devaluada como resultado de la crisis), fue renegociada a porcentajes entre el 30 y 40% y cancelada con los créditos del nuevo rescate; 2) los fondos del nuevo rescate provinieron de las instituciones oficiales (fondos públicos), principalmente de la Unión Europea; y, 3) el estado griego acrecentó su deuda y, como lo evidencian los acontecimientos posteriores, acentuó su crisis e insolvencia. Entre tanto, esta reestructuración de la deuda griega en manos de banqueros e inversionistas privados, trasladó esa deuda a manos de las instituciones públicas (Ver gráfico 2), evidenciando que el verdadero “rescate” fue para los banqueros y especuladores localizados principalmente en Alemania y Francia. En toda Europa se entendió que la Eurozona y el FMIsalvaron a los bancos alemanes y franceses castigando mucho más a los griegos.

 

Los entretelones del tercer “rescate”.

 

En el documento “Memorándum de la Euro Cumbre” del 12 de julio del año en curso, están descritas las condiciones fijadas parael desembolso de los 86.000 millones de euros del tercer rescate. Es revelador como dicho documento ubicó exigencias concretas previas, a cumplirse a semana seguida, unas hasta el 15 y otras hasta el 22 de julio:la revisión –aumento– del IVA y la ampliación de la base tributaria; medidas iniciales para mejorar la “sostenibilidad” del sistema de pensiones –rebajade pensiones y aumento de la edad de jubilación–; independizar jurídicamente del Estado al ELSTAT (Autoridad de estadística Helénica); facultar la gobernanza de la Unión Económica y Monetaria y del Consejo de Fiscal de Funcionamiento; expedición del Códigode Procedimiento Civil; y, la transposición de laResolución Directiva de Recuperación de la Bancade la UE (BRRD) con el apoyo dela Comisión Europea.

 

 

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“De manera inmediata, pero solo con posterioridad a la ejecución jurídica de las primeras cuatro medidas anteriormente mencionadas, así como al refrendo por parte del Parlamento griego de todos los compromisos incluidos en el presente documento, verificados por las Instituciones y por el Eurogrupo, se podrá tomar la decisión de encomendar a las Instituciones que negocien un memorándum de entendimiento”2  reza el documento de la Euro Cumbre. Mas, estas exigencias previas solo eran el apetitivo, el plato fuerte vendría luego.

 

Reducir a cero el déficit en los fondos de pensiones; adoptar reformas más ambicionas del mercado de bienes y servicios, incluidos el comercio dominical, los períodos de rebajas, la propiedad de las farmacias, la leche y las panaderías, para optimizar la recaudación del IVA, elevándolo y ampliando su aplicación a todo tipo de alimentos y otros productos vitales, con la única excepción de los medicamentos (dicho impuesto llega hasta el 23%); privatizar las operaciones de trasmisión eléctrica; revisiones rigurosas de la contratación colectiva y el derecho de huelga,e impulsar más despidos colectivos de trabajadores públicos; fortalecer el sistema financiero privado y el control del Fondo Griego de Estabilización Financiera, entidad autónoma sin interferencia del gobierno; ampliar el programa de privatizaciones para obtener recursos que tienen destino prefijado: 50% para la amortización de la recapitalización de los bancos, el 25% para el pago de la deuda externa y, apenas el 25% para inversiones, son entre otras, las perlas de este tercer rescate.

 

Y a todo esto hay que añadir el evidente traspaso de las decisiones políticas, económicas, sociales y legales a las instituciones de la troica, al extremo que dicho Memorándum contempla que se debe: “normalizar plenamente los métodos de trabajo con las Instituciones, incluido el necesario trabajo sobre el terreno en Atenas a fin de mejorar la ejecución y la supervisión de programas. El gobierno ha de consultar y acordar con las Instituciones todos los proyectos legislativos en los ámbitos pertinentes, con suficiente antelación antes de someterlas a la consulta pública y al Parlamento”3 , es decir que Grecia pierde toda capacidad de determinación soberana.

 

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Fueron estas humillantes condiciones forzadas por la troica para la aprobación del último crédito de86.000 millones de euros que, al igual que los anteriores, en su gran mayoría ni siquiera pasará por Grecia, los que sacudieron nuevamente a la sociedad Helénica.

 

Syriza, el partido del Presidente Tsipras terminó dividido, una parte de su bancada legislativa votó en contra de la ratificación de los acuerdos en el Parlamente y anunciaron la constitución de un nuevo partido: Unidad Popular. La mayoría que requería el gobierno para ratificar las condiciones del Memorándum la alcanzó con las bancadas de la vieja derecha tradicional.

 

Días después, el 27 de agosto, Alexis Tsipras renunció a su cargo de primer ministro y forzó a la convocatoria a nuevas elecciones, que se realizarán este 20 de septiembre, postulándose para su reelección4.

 

Entre tanto, el anuncio del tercer rescate, desató nuevamente la reacción airada de los trabajadores, principalmente del sector público. El 15 de julio se realizó una nueva huelga general en rechazo al nuevo paquetazo. Posteriormente las acciones de protesta de diversos sectores laborales y sociales han continuado.

 

En realidad, el conjunto de nuevas medidas impuestas para este tercer rescate a Grecia, representan un doloroso despojo de ingresos económicos de los trabajadores, jubilados y la población griega; un abusivaexpropiación de empresas y bienes públicos y la pérdida absoluto de la soberanía. Los llamados “rescates” están salvando a los chulqueros y asfixiando al pueblo griego.

 

Una verdadera ruta de salvación vendrá únicamente del lado de los trabajadores y el pueblo griegos.

 

Septiembre de 2015

 

1. The Greek Debt Restructuring: An Autopsy, http://www.iie.com/

2. Memorándum de la Euro Cumbre, http://www.consilium.europa.eu/es/press/press-releases/2015/07/12-euro-summit-statement-greece/

3.  Ibídem.

4. Al cierre de esta edición, algunas encuestas ubicaban a Tsipras en segundo lugar, medio punto por debajo del candidato de Nueva Democracia, partido de la derecha tradicional.