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Por: Antonio Guerrero Drouet

Fotografía: Luis Charro

La Cultura Emancipadora de la Negritud

 

La cultura de la negritud ecuatoriana, recoge la identidad histórico cultural de un pueblo enracimado a las culturas libertarias de los pueblos mestizo y de las nacionalidades indígenas del país.

 

El 2 de octubre de 1997, se conmemora el día de la Negritud, luego de un reconocimiento que impulsaron los diputados de Esmeraldas; militantes de la izquierda revolucionaria.

 

La connotación afro-ecuatoriana, afro-brasilera, afro-colombiana introducida por organismos como UNESCO, UNICEF y por el reformismo latinoamericano y correista ha logrado cierta legitimidad institucional.

 

La cultura de la negritud ecuatoriana tiene un significado universal distinto de la connotación afro que privilegia sus raíces originarias africanas y diluye sus identidades emancipadoras forjadas durante más de dos siglos de luchas contra el colonialismo y el imperialismo y contra las culturas opresoras de los dueños de la tierra, las fábricas, el comercio y la banca en todos y cada uno de los países donde históricamente se han afincado las minorías ancestrales negras como son Latinoamérica, El Caribe, Centro y Norteamérica; combates entrelazados contra la segregación racial bajo la cual se enmascara la cultura opresora capitalista, feudal y esclavista contra las cuales han luchado y luchan, ahora y en siglos pasados las minorías étnicas negras tras el brutal tráfico de esclavos negros originado en África.

 

Relación Entre Cultura de Resistencia y Cultura Emancipadora en Ecuador

 

Esta resistencia cultural se ha expresado bogando en aguajes libertarios durante los cuales han preservado sus identidades y culturas asociadas a la marimba, aguas largas y aguas cortas, currulaos, arrullos y chigualos, bombas y otras manifestaciones propias de la cultura negra ecuatoriana ligada a su cimbreo rítmico, a sus entonaciones musicales, a su belleza insurgente forjada durante sus combates contra la cultura de los explotadores que ha sembrado una identidad histórico-cultural enlazada al folklore y a lo popular, enraizada con los valores precautelados y enriquecidos de sus ancestros africanos enlazados a la lucha que ha afianzado al pueblo negro del Ecuador a sus territorios construyendo libertariamente condumios que imprimen a la minoría étnica negra una connotación ecuatoriana.

 

 

 

Entrecruzamiento Cultural entre sus Origenes Africanos y su Orillamiento en Estas Tierras

 

El entrecruzamiento cultural del comercio de esclavas y esclavos negros que culmina en el asentamiento de los sobrevivientes y renacientes de las minorías étnicas negras en cada país hacia donde se enfiló la hecatombe de su desarraigo original de África ha generado una cultura vigorosa brotada de la lucha de estos pueblos por su sobrevivencia y conquista de derechos, libertades y espacios para el desenvolvimiento de sus culturas vivamente expresadas en sus artes, en el deporte y el atletismo, en lo político y en lo cultural.

 

El asentamiento de las minorías negras en estas tierras tiene sus particularidades, en todos los países donde se han enraizado dichas culturas hasta hacerlas propias en cada territorio donde se protegieron y enriquecieron dichas culturas ancestrales como recoge el poema de Antonio Preciado:

 

…Que somos muy de aquí/ Somos de casa/Con  el dolor pegado a la piel/ A las manos/Por eso es que en tu muerte estoy muriendo/ Y siento que resbalo por tu lágrima/ Por eso es ésta herida que me duele/ Enorme, abierta, hermana/ Por eso los mineros de Bolivia me duelen en el alma /Por eso es que sumamos los dolores/ Y entregamos la hoguera que trajimos/ Al total de la rabia/…

 

La identidad histórico-cultural de los pueblos de las minorías étnicas negras tras sus asentamientos en los países donde han vivido, viven, trabajan y luchan los actuales renacientes de la abundante y prolífica población negra que se asentó en los territorios de Cuba, Puerto Rico, Panamá, República Dominicana, México, Estados Unidos, Brasil, Venezuela, Argentina, Perú, Colombia, Haití, La Martinica, Santo Domingo, tiene características particulares durante las cuales las minorías negras construyeron su propia historicidad cultural estrechamente ligada al combate contra el colonialismo y sus consortes opresores criollos.

 

Tales acontecimientos sin parangón en la historia de los pueblos negros se produjo en todos los países donde importaron esclavos negros para producir caña de azúcar como ocurrió en Haití en cuyos combates se forjaron líderes de la talla de Mackandal, Boukman, Toussaint L’Ouverture; o en La Martinica con el político y poeta Ayme Cesaire y el intelectual emancipador Frantz Fannon durante las descomunales luchas políticas y levantamientos organizados por las poblaciones negras contra sus opresores para defender sus vidas, su existencia como pueblos, en cuyo curso liberador precautelaron, conservaron y enriquecieron sus culturas originarias: Yoruba, Lucumí y otras culturas milenarias africanas más antiguas que las culturas europeas española, portuguesa, francesa, inglesa y anglosajona norteamericana.

 

 

 

Una de aquellas expresiones libertarias fue la práctica del baile la Capoeira, en Brasil tras el cual se realizaban prácticas militares razón por la cual fue proscrito; o el sincretismo de las religiones y dioses africanos: Obatalá, Orú, Llemanyá, Changó, con los santos de la religión católica traída de Europa; sincretismo religioso-cultural en cuyo entorno se camuflaron las acciones conspirativas antiesclavistas que dieron curso al rebelde cimarronaje y a los quilombos negros libertarios en los territorios de los países donde se asentó la población negra extrañada de África en cuyo curso emancipador fueron construyendo sus propias culturas rebeldes con resonancia indoamericana, norteamericana, caribeña, que generó experiencias libertarias resonantes como la que se produjo en Bahía contra el colonialismo portugués y contra el colonialismo francés en Haití recogida en la novela Mi Reino de este Mundo del escritor cubano Alejo Carpentier: Los ejemplos de la lucha antisegregacionista y emancipadora de los pueblos originarios de Áfricas enancados en estas tierras tienen un acumulado histórico invaluable.

 

 

En el Ecuador este vía crucis étnico-histórico de la negritud se produjo por vía del anclaje de un barco esclavista negrero en las costas de Esmeraldas durante el siglo XVI y la importación de esclavos negros para las haciendas de los Jesuitas en Imbabura: Dos historicidades diferentes política y culturalmente que están enhebradas con el fenómeno histórico que describimos desprendido del criminal tráfico de esclavos negros desde África que diseminó a la población negra originaria en los territorios de nuestros países que requiere enhebrar con las singulares y combatientes experiencias de los pueblos negros afincados acá.

 

Por eso que el gran poeta comunista Ayme Cesaire de La Martinica junto a otros intelectuales negros como Frantz Fanon crearon el movimiento de la negritud que tiene resonancia mundial y que los organismos culturales del imperialismo como la UNESCO y el reformismo correista desarticula, desmiembra para evitar que las minorías étnicas negras tomen conciencia de clase y fortalezcan sus luchas liberadoras junto a los trabajadores y los pueblos mestizos, indígenas y otros pueblos explotados y oprimidos en cada país que deben fortalecer su lucha liberadora contra la dominación capitalista sobre la tierra.

 

La negritud ha construido su propia literatura y arte, cultos en cada país donde solidifica la riquísima conciencia, el reconocimiento de su condición de pueblos explotados y oprimidos que forma un amplio abanico universal que el poeta y político de La Martinica, Aymé Cesaire y otros intelectuales negros elevaron a la connotación de cultura de la negritud que el combatiente revolucionario, también de La Martinica, Frantz Fanon, doctor en psicología e internacionalista integrante del Frente de Liberación de Argelia –FLA- donde militó hasta su temprana muerte por leucemia, resumió en algunas de sus obras de entre las cuales la más conocida es: Los Condenados de la Tierra que circulaba entre la intelectualidad negra de Esmeraldas en los años 70s; uno de cuyos aspectos centrales contra los cuales tanto él como Aymé Cesaire combatieron es la aculturación del pueblo negro a la cultura colonial, la adaptación de las poblaciones negras a la dominación cultural extranjera y criolla blanca; connotada así no por su color sino por las características opresivas de dichas culturas extranjeras y criollas sobre las culturas de los pueblos originarios de África afincados en estos territorios mejor conocida como blanqueo.

 

 

La cultura de la negritud por su propia raíz anti opresora tiende a fusionarse con las culturas de los pueblos de las nacionalidades indígenas y con los pueblos mestizos de cada uno de los países en donde cohabitan, luchan por sus libertades, derechos y por su emancipación los pueblos de las minorías étnicas negras.

 

Esta fusión de la cultura de la negritud desde la orilla de su condición de clase: de pueblos negros oprimidos por el capitalismo y el imperialismo es su característica fundamental recogida por la literatura del negro Adalberto Ortiz en su novela de defensa de la cultura de la negritud Juyungo igual que en sus cuentos y poesía; acompasada por la literatura del mulato Nelson Estupiñán Bass en su novela clásica: Cuando los Guayacanes Florecían más avanzada política y culturalmente aunque con un yerro político en la visión de la causa que generó la Guerra de Concha pero esencialmente condimentada con una visión de clase que se recrea en la pelea a muerte entre un soldado oficialista indígena y un combatiente negro que brota de una carta que el insurgente negro triunfante en la batalla recoge de su bolsillo y lee a través de la cual aflora que tanto el representante de la minoría étnica negra como el del pueblo indígena han sido explotados y oprimidos en las haciendas de la sociedad feudal-capitalista.

 

A la fusión de los elementos culturales emancipadores de los pueblos negros le han cantado Nicolás Guillén, en Cuba; Jorge Artel, en Colombia; Reginaldo Pedroso, Palés Matos, Candelario Obeso en Latinoamérica y El Caribe;  Nelson Estupiñan Bass y Adalberto Ortiz integrantes de la corriente del realismo social de los años 30 en nuestro país; el propio Antonio Preciado cuando alcanzó su mayor talla poética y política en la década de los 70s y 80s con versos del poema cuya médula ya transcribimos: /Por eso los mineros de Bolivia me duelen en el alma/Por eso es que sumamos los dolores y entregamos la hoguera que trajimos al total de la rabia/

 

La resistencia cultural de la negritud como la de todos los pueblos oprimidos está vigente: la encontramos en el rítmico, metafórico entronque de la cultura de la negritud con la recreación de la gastronomía popular negra brotada del poema de Julio Micolta: Tapao y en otras expresiones del pueblo negro arraigadas en los tintes de sus pieles, en sus jergas, en sus riquísimas versificaciones negras, en sus bailes ancestrales, en su cadencia rítmica, en su voraginoso talento deportivo y atlético.

 

Pero la cultura de la negritud ecuatoriana, que por cierto, permanentemente debe afirmar dichas raíces e identidades étnico-culturales tiene que, sobre todo, proyectar su profundo vigor libertario como el que resaltó de la vida, acción política y poemas negros del malimpeño Jaime Hurtado Gonzáles, de su oratoria libertaria ensamblada a la dinámica y valores culturales de la tríada de los pueblos mestizo, indígenas y negro del Ecuador: de su praxis revolucionaria ligada a la huelga, al paro, a la lucha política electoral, a los levantamientos populares: A la cultura emancipadora de la negritud que hace una trenza con la cultura científica del proletariado y los pueblos del Ecuador.

 

Jaime Hurtado hijo de un honesto trabajador del campo y de Mamá Paitora Gonzales virtuosa del contrapunto Jaimen -como le llamaban sus hermanos de la cultura espontánea de la negritud- ha sido quien expresó en su más alto grado la relación entre la cultura de la negritud y la de los pueblos mestizo e indígenas de nuestro país bogando por la libertad de los pueblos explotados y oprimidos del Ecuador, de Latinoamérica y del mundo contra la dominación oligárquica e imperialista razón por la cual fue asesinado por la CIA y los representantes de la oligarquía y el imperialismo durante el gobierno demócrata cristiano de Mahuad que el gobierno de Correa ha dejado de lado reafirmando la impunidad propiciada por el correismo reformista ante este Crimen de Estado.

 

Al cumplirse 19 años del reconocimiento  constitucional de la cultura de la negritud ecuatoriana dada en llamarla afro-ecuatoriana por el reformismo y organismos como la UNESCO que orientan a mirar solo desde la orilla de la marginalidad esta cultura libertaria; solamente desde la orilla del segregacionismo racial y cultural al pueblo de la minoría étnica ecuatoriana afincado en Esmeraldas y en El Chota: política separatista que mira las culturas de raigambre popular al margen de su condición de clase: De trabajadores de la ciudad y el campo; de la intelectualidad negra natural que se forja en la educación primaria, media y superior; en el ejercicio de la educación, en las áreas científica, tecnológica, artística y literaria; visión cultural clasista que plantea la unidad de los de abajo para terminar con la dominación de los de arriba en el ejercicio político y revolucionario de todas las formas de lucha incluidas las batallas electorales contra la derecha neoliberal del siglo XX y la derecha reformista del siglo XXI propiciando el Acuerdo Nacional por el Cambio como bien pincela Guido Proaño.

 

Debemos reforzar la visión de la cultura emancipadora de la negritud cuya sustancia y cardumen vigoroso enarbolaron Frantz Fanon, Aymé Cesaire, Jaime Hurtado Gonzáles y otros talentosos, rebeldes y revolucionariamente cultos jefes de la lucha libertaria de la cultura de los pueblos negros junto a todas las culturas populares contra la dominación imperialista y oligárquica en nuestro país para lograr la liberación social y nacional conquistando el poder político para el proletariado en el objetivo de construir el verdadero socialismo en apoyo internacionalista a la lucha de los pueblos del mundo.

 

 

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Las Casas Oe3-128 (entre América y Antonio de Ulloa)

Quito-Ecuador

ISSN 1390-6038

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